¿Cómo se clasifican los equipos según el Reglamento de Equipos a Presión?

El Real Decreto 709/2015 establece los requisitos esenciales de seguridad en las instalaciones y equipos a presión, comercialización y clasificación la cual se realiza conforme a criterios técnicos específicos. Este reglamento es fundamental para garantizar la seguridad en instalaciones donde se manejen fluidos bajo presión como recipientes, calderas o tuberías.

Criterios de clasificación


La clasificación de los equipos se realiza considerando varios aspectos clave. En primer lugar, se identifica el tipo de equipo, diferenciando entre recipientes que contienen fluidos, calderas que generan vapor u otros equipos. Además, se evalúan las características del fluido utilizado, determinando si es un gas o un líquido y su grupo de peligrosidad, clasificándolo como peligroso o no peligroso según su naturaleza y propiedades.

Se debe conocer la Presión Máxima Admisible (PS), que indica la máxima presión que puede soportar el equipo en condiciones seguras, medida en bares. Asimismo, el Volumen (V) del recipiente o caldera, expresado en litros, y el Diámetro Nominal (DN) para tuberías, son considerados para determinar la categoría del equipo. Además, se tienen en cuenta la Presión Máxima de Servicio (Pms), que es la presión habitual de funcionamiento, y la Presión de Precinto (Pp), que activa los dispositivos de seguridad del equipo.

Para clasificar un equipo específico conforme al Real Decreto, se utiliza el cuadro del anexo II de la normativa. Esta categorización es fundamental ya que define el nivel de riesgo asociado al equipo y establece las medidas de seguridad necesarias para su correcto funcionamiento y mantenimiento.